miércoles, 28 de agosto de 2013

Hipster: to be or not to be

Después de este parón veraniego, comparto con vosotros una duda
que me atormenta desde semanas: no tanto ser o no ser hipster como...¿lo soy o no lo soy?

Y la duda empezó cuando una nueva palabra apareció en mi vocabulario: el prepster. Ese ese ser entre el preppy y el hipster, fruto de la cultura moderna. ¿Y si a lo que yo llamaba hipster era en realidad prepster, y de aquí mi desconfianza? Y si en realidad yo era la hipster...Vayamos por partes.

En el principio era el Preppy. Oh yeah. Esa panda que todos conocemos uniformados con polos (historia verdadera: he llegado a ver en la calle Génova una terraza con 10 chicos y TODOS llevaban polos) y, ¡ah! el terror de todo deseo sexual...los náuticos sin calcetines.

Según el Urban Dictionary, la Biblia para poder seguir las series internacionales en toda su complejidad, para ser un auténtico Preppy hay que llevar ribbons belts (eso que se cierran con una anilla), los jerseys colocaditos sobre los hombros, y claro, los cuellos de los polos hacia arriba. Van vestidos de colores brillantes, incluidos el rosa y verde lima, y siempre van coordinados.

Ahora traducido para los que estudiamos en la Complutense: son esos con los que compartíamos el G, pero se bajaban en Derecho, justo dos paradas antes de llegar a Geografía e Historia. Bueno, alguna llegaba a nuestra facul, pero es que Historia del Arte, según como la enfoques, es very Preppy. Pues esas. Las de las mechas que no tinte ¿?.

Luego, gracias a 2 broke girls, hará unos dos años, descubrí a los Hipsters: esos que llegaban en manada a Williamsburg, donde viven las dos protas de la serie. Los asocié inmediatamente a esa panda que lleva gafa-pasta pero sin cristales ¡? (yo es que esto no lo entiendo, por lo menos ponte unos cristales sin graduar, digo yo: historia también verdadera, he visto chicas super guays con sus gafas de adorno leyendo en plan intelectual...."Cincuentas sombras de Grey", OMG. No, no, y mil veces no, que además no hay cosa más machista que ese panfletillo, MUJER!!).

Pero entonces este año surge la palabra Prepster: ese grupo de gente bien, criada en los maravillosos barrios residenciales, que se trasladan al centro a zonas hipster, y que, por influencia, adopta tendencias Hipster pero en su interior siguen siendo Preppy. Vamos, un pijo que se hace el guay...y entonces, ohhhhhhhhhhhhhh!!! Revelación. O ¡zate! Encontré la palabra.




Entonces, ¿qué es un Hipster?

Siguiendo de nuevo a la Biblia, los hipsters son una subcultura de personas que están en los 20-30, que valoran el pensamiento independiente, la contra-cultura y  la política progresista; y aprecian el arte, la música independiente, la creatividad y ese hablar rápido e inteligente lleno de ingenio.

¿Necesitáis más?: Valoran lo vintage, y suelen vestirse con pantalones estrechos, zapatillas y gafas de pasta (con cristales, claro). Les suelen malinterpretar por su aspecto casual, pero suelen ser personas bien educadas y frecuentemente licenciados en Arte. ¿¿Comorrrrrrrrrrrr??

Además son feministas: hay igualdad entre géneros. Están tan alejados de los hombres musculosos como de las mujeres operadas. Soy muy abiertos racialmente, y las parejas interraciales son frecuentes.

Sigue, eh? Pero yo con esto ya me quedé muerta. (¿Seré hipster?).

Bueno, tengo blog, página web y uso gafa-pasta. Leo textos toístas, practico el Feng Shui y soy fan del DIY (do-it-yourself). He estudiado Historia del Arte, soy Gestora Cultural y mi plan perfecto es ir de Exposiciones. Y si, reconozco que a veces me hago la guiri, especialmente en el extranjero cuando veo hordas de españoles (uf, perezón). Y he utilizado palabras como mainstream, que no se me olvide...uf, estoy ahí ahí. Si es que en su día fui una chica VU enamorada de los chicos VU (Vrije Universiteit).

Que duda más dudosa respecto a este concepto tan fantabuloso...

Muchos de vosotros sois hipsters: la mitad de mis amigos lo son (¡no disimuléis, que os tengo calados!). Y por eso os quiero.

Ay, que duda: To be or not to be, that is the question.


sábado, 10 de agosto de 2013

Top Five: Musicales

Siguiendo mi propio consejo (que fijaos lo que os digo, seguir nuestros propios consejos, que si todos lo hiciéramos, vamos, vamos, nos iba a ir mucho mejor)...

Bueno, pues siguiendo mi propio consejo -que no es tan habitual- me vi ¡Mamma Mía! ¡y qué bien que hice!

Pasé un rato estupendo y, además, llevo toda la semana cantando. O tarareando, Lo siento por mis vecinos, bueno, en realidad no tanto, porque las penas se van cantando, ¿o no? 

Y lo a gusto te quedas y lo bien que te oxigenas. Que estos, viviendo en Madrid, son casi términos contradictorios. Oxigenarse en Madrid, digo.

Así que una se vicia y me he dicho ¿por qué no volver a ver mi selección de musicales-alégrame-el-día?

Porque mi colección de películas van y se ven así: colección de mujeres fuertes para un impulso vital; colección de Navidad que me veo TODOS los años; aventuras para evadirme y comer palomitas, y fantasear un poquillo; dramones de guerra que te dejan fatal mientras ves buenos mozos ;) y dramones de amor para llorar a gusto. Bueno, y otras como  mi colección de cine danés...pero esa es otra historia.

Por tanto  hoy os presento mi colección de musicales. Recientes. Más o menos (que vamos teniendo una edad y además no vamos si quiera a musical bueno por año...así no se puede).

Recientes no porque no me guste el cine clásico: pero hay una gran diferencia en el lenguaje, y bueno, intento ser una mujer de mi tiempo. Idiomáticamente. Y en inglés más. Que todavía me acuerdo cuando me fui de Erasmus y hablaba como la gente en los setenta por lo menos. ¡Ay, que daño a hecho el That´s English perpetuo y los profesores de instituto sin reciclaje ninguno...!

Y empezamos por ¡Mamma Mía!, que no es la mejor, ni mucho menos, pero es la más fresquita... Tiene un ritmo bastante equilibrado, constante, y coreografías con muchos bailarines, que es algo que me encanta. Además valora especialmente el atrezo; creo que todo, desde las sábanas bordadas a la vajilla de mil colores totalmente desparejada, está muy bien escogido. Y encima todo transcurre sobre la fuente de Afrodita: vamos, que es la Isla de Citera. La que visitan los personajes de Watteau... Qué bonito. ¡Ah! Y el banquete de boda totalmente idílico, ¿o no?



Otro de mis musicales preferido es Hairspray. Totalmente sorprendida salí del cine en su momento por la cantidad de temas importantes que trata: la dictadura del peso, la libertad que traen los 60s, el racismo... Si me gustó hasta el Efron es que la película merecía la pena.

La he visto varias veces (ya os digo que veo mis selecciones en bloque) y es, sobre todo, un musical muy interesante.







De mis favoritos también es Moulin Rouge, con escenas absolutamente trepidantes. Todo es muy histriónico y post moderno: tanto movimiento circular, tanto color, la ropa, la decoración...Aunque la forma de componer la música, a través del collage, me resulta muy interesante.

He de reconocer que, de todas, es la que menos veces me veo: y es que tanto drama a lo Mademe Butterfly no puedo con él. Tengo que estar hasta un pelín depre para apreciarlo en toda su amplitud. Si no,uf, da un poco de pereza. Es que solo muerte y destrucción...Demasiado finales del XIX.

Sea como fuere, tiene números brillantes. Os dejo mi favorito, entre otras cosas porque soy fan de los bajos. De la voz. Uno de los grandes descubrimientos-incorporaciones en la historia de la música. ¿Renacimiento? No, gracias. En la música soy bastante barroca.





¿Y qué me decís de Chicago? Me encanta la estética. Bueno, y la época, tan de independencia y liberación. Me sorprendieron mucho los protagonistas en su momento. Hasta el Mr. Celofan. Y esta, cuando me da por su banda sonora, también me dura...Si ya hemos dicho que el Orange is the new black...

Además a veces me parece, muy fantasiosamente, que es una secuela del famoso fragmento de Cantando bajo la lluvia de Cyd Charisse y Gene Kelly. ¡Ay el nerd que descubre la gran ciudad! (Sueño con ese vestido verde...y él también).




Y sí, esto me trae a la más mejor película musical de todos los tiempos: Cantando bajo la lluvia. ¿Qué no? Vamos, si hasta Los Miserables la copia los planos ¡cincuenta años después! Vaya descaro.

¿Veis como el ser humano es malo siguiendo sus consejos? Intento centrarme en el cine actual, pero claro, cuando algo sale perfecto, sale perfecto.

La única pega es que es demasiado...optimista (si es que se puede ser tal cosa). Todo es estupendo y maravillo, pero a la vez...¡que maravillo y estupendo que es todo! 

Así que os dejo con el fragmento más conocido, que nos recuerda que se puede ser feliz bajo la lluvia: ¡con la que nos está cayendo!

(¿Os he contado que el agua era en realidad leche porque si no no se apreciaba en la película? La magia del cine...ni nini ni ni nini  nini nini...) I´m singing....are you?





sábado, 3 de agosto de 2013

¿Qué ver a 40 grados (a la sombra)?

Uf, no sé vosotros, pero yo con 40 grados no puedo ni hablar, ni pensar, ni escribir...bueno, pensar sí, pero si se queda el conocimiento varado para qué sirve, digo yo. Nada, nada, que no tiene mucho sentido.

Pero es que: ¿cómo sobrevivir a 40º C?, y sobre todo (y más importante), ¿qué ver con tantísimo calor?

Desde luego, tertulias políticas y demás cazoleteos ni hablar; bastante tenemos con intentar dormir con 26ºC para que me pongan la cabeza como un bombo. Porque es que nuestro nivel de aguante baja con tanta calorina. Eso, y que estamos viviendo lo inadmisible, vaya tela.

Fijaos si afecta el calor que estoy viendo Sea Patrol, serie australiana
sobre un patrullero de la Armada. Ahí es nada.

Vamos, agua, agua y más agua fresquita. No doy más de sí. Vale que el hecho de que aparezcan una y otra vez marineros buenorros sin camiseta ayuda a mantener un interés que no tiene. Pero vamos, ya os digo que se montan una serie de soldados espectaculares luchando en el desierto y no hay quien la vea...

Anda, si de hecho lo he intentado. Ni Homeland, ni Generation Kill ni muchas otras...no he podido con ellas. Y mira que tienen buena crítica. Y en Generation Kill hasta sale Alexander SkarsgårdPero nada. Imposible

Creo que el carácter mesetil te impide ver nada sobre el desierto. No lo soportamos. Os imagináis a un innuit viendo series sobre el Polo Norte en vez de...no sé, una serie sobre Hawaii o algo así. Es una repulsa genética. Bastante tengo yo, criada en el valle del Tajo, como para ver series donde se deja de respirar por falta de humedad. A ver, ¡que en Madrid tenemos todos asma! Y cuando tenemos aire africano se forma una aire masticable compuesto por arena y contaminación. Umm, que rico, si se puede saborear y llevar cristalizado en las narices... No, no, demasiado sufrimiento.

Acostumbrada a encinas y alcornoques, quiero ver series con árboles gigantes, lugares fresquitos, a poder ser con muchos ríos. ¡Hasta nieve de vez en cuando! Ay, nieve, que gustito....

Menos mal que de vez en cuando te pasa que, aunque tengas que esperar media hora al autobús a 35 grados y con la sensación, bueno, la seguridad, de que te estás quemando los pies por debajo y por encima...te encuentras que el paisaje es este:



¡Ay! Mi fuente favorita de Madrid. Lo siento, lo siento, me gusta más que La Cibeles. De hecho La Cibeles me sobra, porque lo que quiero es bajar paseando desde la BNE hasta Atocha sin tener que meterme por callejas horrorosas...creo que el Ayuntamiento las llama aceras. Bueno. Pues en Unter den Linden no son así, eso ya os lo digo... (Ayuntamiento de Madrid, toma nota POR FAVOR).

Y esta semana también he descubierto una fuente muy curiosa, de carácter más popular que me ha gustado mucho. Otra manera (mejor) de adornar las rotondas:

Está a la entrada de Leganés, y ejem, sorry por la foto, la calidad es peor porque la hice desde el autobús. Que se le va a hacer, lo de bajarme en mitad del secarral no terminaba de apetecer...

La verdad es que me sorprendió y me pareció de lo más chula: cerámica de colores, dragones (un animal muy auspicioso en el Feng Shui) y además un papi-mami con su hijo. Perfecto. Tengo curiosidad por saber cuanto costó (por si alguien lo sabe), porque no creo que se haya ido de presupuesto como la cacharrería diversa que cuelgan en algunos ayuntamientos y que llaman escultura moderna por no llamarlo estoy-pagando-a-mi-colega-su-obra-a-precio-Giacometti. ¡Anda ya! Pare eso prefiero unas margaritas o mejor, un olivo o unas encinas que se mantienen solas. Vaya morro.

Para los que no sepáis de que personajes os hablo os dejo un video de Vaya semanita donde lo explican muy bien...


Bueno, pues a lo que iba, que aquí estamos, pasando calor. Y para evitarlo me voy a poner Mamma Mia!, umm, que fresquito: casas blancas y ventanas añiles...perfecto. ¿Y vosotros?

Y a sobrevivir día a día. Que les vamos a hacer si en  Madrid tenemos nueves meses de invierno...y tres de infierno.