domingo, 21 de diciembre de 2014

La desolación de los espectadores de El Hobbit


Con tres palabras se puede resumir la última de Peter Jackson, El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos: ¿Que ha pasao?

De verdad, que le ha pasado con esta película con lo bien que iba. Viene a ser el equivalente al estudiante universitario que va fenomenal y luego se tira con una asignatura colgando cuatro años: o cuando haces un viaje de varias horas y ya, llegando a casa, se te cala el coche.

¿Qué te ha pasado, Peter?

Ha llenado la película de merchandising absurdo como cerdos, carneros y ciervos gigantes y un humor a ratos salido del peor Benny Hill. Parece que ha inundado la película de un tonto el que lo lea; como cuando los informáticos se aburren (o se vengan) y ponen mensajes secretos en las aplicaciones ;)

Vayamos por parte, y aviso de spoilers. Los primeros 10 minutos ¿qué narices pintan en esta peli? A ver. Si al dragón le queda nada más que un rato para incendiar la ciudad y que lo maten, pues vamos, lo pones de colofofón en la anterior y ya está ¡Qué no pasa na! Que la gente iba a ir a ver esta peli, ya ves tu que nos importará cuando muere. Con esto...mal.

Después: Jackson, que somos mayorcitos. Que si vamos a estas es porque nos gustaron el Señor de los Anillos y nos tragamos dos horas de batalla. Serias. No te empeñes en meter chistecillos y chascarrillos cada 5 minutos porque, no solo es absurdo, si no que nos distraes. Que parecía The Hobbit Movie.

¡Que no, que no nos dormimos! No hace falta que nos metas un chiste cada dos por tres. A ver, céntrate, que se supone que están luchando a muerte y no echándose una play con los colegas sabiendo que no vas a morir. Un poquito de seriedad cuando derramamos sangre.

Y luego...que daño está haciendo el 3D al cine, que ahora solo tenemos un tipo de toma. ¡Qué cansinos! Que cuando se estudie el cine de esta época a posteriori va a ser todo tan estándar y tan descarado que nos va a dar hasta vergüenza.

Toda toma tiene que rodarse en estilo desfiladero con cosas que se te vengan encima...bueno, pues nada, repetimos y repetimos para que nos parezca que nos metemos en la película. Como si no supiéramos que una proyección, físicamente, es una pared. Vamos, un 2D. Que los pintores llevan mucho tiempo engañándonos con las tres dimensiones: pero que para ser 3D, tiene que ser una escultura. Lo que es, es.

Y para terminar, los grandes personajes de la saga. No, no son los tíos buenorros que abundan por doquier como actores, incluido el supuesto novio de Jon Kortajarena (lo siento, chicas).

Son las fantasías diseñadas exclusivamente para venderlas posteriormente como muñequitos: el ciervo gigante de la reina mora; el cerdo ¿vietnamita? ¿jabalí? sobre el que monta el enano; los carneros que no sabemos de donde salen pero que tan bien les va para subir una montaña; el ¿troll? kamikaze que se pone un pedrolo en la cabeza y destruye murallas a lo Zidane...tantos, tantos absurdos que, entre otras cuestiones, provoca que te sea imposible concentrarte.

Bueno, y Légolas y sus legoladas: que cada vez estoy más convencida de que fue el que enseñó a Jesucristo a caminar sobre las aguas. No os digo más. McGyver a su lado...buah, un alumno de primero de pretecnología. Es que con todo se apaña...es una cosa...

Así que con esas estamos. Si consigues aislarte del ruido y de tanta tontuna se cuenta una historia que, mira, no está mal: Galadriel y Taurel están muy bien, papeles muy interesantes; mueren un poco a lo Harry Potter y consiguen que nos identifiquemos, valoremos y entendamos a Bilbo: el verdadero protagonista de la película.

De todas formas, los que salen flipando de la película no sé qué es lo que han visto. Las butacas rojas en esto hacen mucho daño, porque tanta sacudida no puede ser buena. Entre eso, y la cantidad de cervezas que vi que recogían las de la limpieza, me puedo explicar un poquito.

Una pena que terminar en lo alto sea siempre tan complicado. Si lo entiendo; tienes tantas ganas de terminar, estas tan cansado, que te vuelves descuidado. Cualquiera que haya hecho un Máster lo entiende.

Y mira, seguro que material promocional venden a millones: yo ya quiero el ciervo (¿Megaloceros?) pero a tamaño real para mis paseos triunfales. Con un par (de cornamentas).


sábado, 20 de diciembre de 2014

Cementerios navideños en Irlanda

Como decíamos ayer....ya están aquí de nuevo las Navidades, y con ellas...¿las depresiones?

Personalmente no termino de entenderlo. Muchos me dicen que son épocas en las que se echan de menos a los que no están. Esto puede ser correcto. Pero supongo que también aplica a otras fiestas de guardar.

No sé. Le doy vueltas y no termino de verlo. Me parece un poco como cuando a las madres no les apetece hacer algo y sieeeeeempre les echan la culpa a los niños, en plan: "Es que a menganita no hay quien la lleve a pitupli". Y claro, con la excusa eso que se ahorran. (Ahora, que el niño cuando se entere va a flipar, como me pasó a mí).

Seguro que me falta experiencia y que soy yo, no ellos; pero desde luego, cuando yo muera, que nadie deje de celebrar las Navidades. Al contrario: más vale que sigan disfrutando -o no respondo de mi mortitud-.

Y eso que yo, yo, no celebro las Navidades: celebro el solsticio de invierno. ¡Algo que es como para no celebrarlo!

Después de cada día notemos, en más de dos minutos, que los días se van haciendo más cortos, más fríos, más oscuros...por fin, llega la noche más larga del año (que es como la traca final) y ahí, en ese momento, todo cambia.

De repente tienes la promesa de que los días serán cada vez más largos, eventualmente más cálidos....y poco a poco irás viendo las primeras yemas que anuncian la primavera.

Es el momento en que tomas consciencia de que lo más duro ha pasado: no por nada en muchas culturas a noviembre se le llama el "mes negro", un mes que tradicionalmente cuenta con el mayor número de suicidios. Donde los viejitos mueren porque ya no tienen fuerzas para esperar otra primavera.

¿No os parece algo digno de celebración?

El año pasado pasé las vacaciones de Navidad en Irlanda y fui testigo de algo que me gustó muchísimo, y que me parece una manera serena y muy bonita de unir esas dos contradicciones que parece que muchos sufren en esta época.


En Irlanda el día de Navidad -en el que suelen ir a misa, pero en eso mejor no entramos-, antes del banquete, se acercan en familia al cementerio a visitar a sus seres queridos: integrándolos de esta manera en la celebración.

Y los cementerios irlandeses en esta época son dignos de verse. Porque no solo van, o llevan flores: realmente, llevan la Navidad a la tumba.

Te puedes encontrar árboles con luces, los juguetes que le han traído Santa (por ejemplo, vi un balón), flores de Pascua, adornos de todo tipo...me pareció tan espectacular como inesperado.

Nunca vi llevar la Navidad más allá de nuestras puertas, y desde luego, me pareció totalmente maravilloso. El cementerio estaba cálido, lleno de vida, celebrando una fiesta.

Numerosos adornos estaban bajo urnas para evitar que se los llevaran los cuervos (por cierto, que si alguna habéis se os ha planteado la duda entre crow y raven -como la tenía yo- es que no habéis visto un raven, ya os lo digo).

Todavía me dura el asombro y ya hace un año; y es que me pareció una manera tan serena de unir los dos mundos, tan festiva, que aun estoy ojiplática.


Así que, igual que el Cementerio del Bosque de Estocolmo me pareció el mejor sitio de descanso posible; la tradición irlandesa de acercar la Navidad a nuestros ancestros también me ha gustado muchísimo (y me la quedo).

¿Harán lo mismo en España los que vayan al Cementerio de los Ingleses de Madrid? Ya tengo plan. Habrá que ir a comprobarlo.






domingo, 21 de septiembre de 2014

You´re the worst y The Honourable Woman

Este verano ha dado para mucho. A diferencia del año pasado, no he tenido que tirar de series australianas antiguas con maromos del ejército que se mojen a menudo ;)

Hemos tenido True Blood, que por fin ha terminado. Y si nos llevábamos tres años arrepintiéndonos de verla, y lo hacíamos porque la carne es débil, el último capítulo definitivamente nos ha hecho querer olvidarla por completo. Quedémonos solo con una imagen en nuestra retina, de la temporada anterior, y al resto démosle lo que se merece: the true dead.

También ha aparecido por ahí Outlander, basadas en las novelas de Diana Gabaldón: una enfermera del siglo XX viaja sin querer a la Escocia del XVIII donde vivirá historias de amor y aventuras junto a un mozo very scottish al que le sienta muy bien la falda (lo que es, es). En Reino Unido ha sido un boom y tras el piloto se confirmó la segunda temporada, y bueno, para pasar un rato no está mal (obviando el viaje en el tiempo y que va a los tópicos rollo Braveheart).

Ahora...quien espere un Spartacus que se olvide. No os hagáis ilusiones. Tan erótico, no es. Hay que esperar siete capítulos hasta que aparezca algo que merezca la pena...Es más...relajado. Ahora, la falda tiene mucho tirón y no la de las mujeres, también es verdad...Así que la tendremos con nosotr(a)s varias temporadas.

También tenemos una serie nueva de médicos dirigida por Soderberg y protagonizada por Clive Owen: The Knick, que tiene el interés de mostrar la medicina, o los inicios de la medicina moderna, en el Nueva York de principios de siglo XX. Ahora, a mi ya lo de las vísceras me tiene cansada, te tiene que gustar un poco la sangre para tanta historia, y a mi la casquería...Además tengo la amarga sensación de que a Clive Owen, como a Jude Law, se le ha pasado su mejor momento, vamos, el arroz. Closer fue sin duda su cenit, hace exactamente 10 años. ¡Qué tiempos aquellos!


Y entre otras series variadas de puro entretenimiento superficial hay dos muy destacables;  You´re the worst y The Honourable Woman.

The Honourable Woman es una miniserie de 8 capítulos, que supongo que se llevará premios a aburrir. Y es normal, porque tiene un guión y un rodaje muy cuidado. Ahora, también es espesa y requiere atención. Vamos, lo que viene siendo una serie para mayores. 

La serie se centra en Nesa Stein (interpretada magistralmente por Maggie Gyllenhaal ), una empresaria que hereda de su padre, en circunstancias diríamos que trágicas..., una gran empresa armamentística. Está decidida, con su Fundación, a  promover la paz en Oriente Medio -cuidao - pero al final se involucra en sus business medio mundo y la serie, como género, es de espías. No digo más.

Hay que ser paciente porque no arranca hasta el tercer o cuarto capítulo. Bueno, en realidad tardas tu tres o cuatro capítulos en enterarte un poco de que va el tema. Pero al final el esfuerzo merece la pena. Y cuidado, con giros inesperados...que esto, para los que vemos tantas series, no es tan habitual como pueda parecer. Te deja ahí con un cuerpo de no se qué raro, de cuando has visto algo que va más allá del mero entretenimiento....uf, durillo, pero valioso.

Maggie está soberbia, ésta si que está en su mejor momento. Alucino con ella. Como habla, como se mueve. Todo con una naturalidad aplastante. Para mí ha entrado, clarísimamente, en el top ten de las mejores actrices, sí señor...



Y la otra serie que me he encontrado, porque esto sí que ha sido un descubrimiento, ha sido You´re the worst. Un descubrimiento porque no esperaba nada, y ¡ja!, la serie más divertida después de The Big Bang Theory. Me parto con esta panda de treintañeros.

Os dejo mejor el trailer porque describirlos sonaría tan tópico..pero no, son mucho más. Y muy divertidos. No sé si lo son tanto cuando no son de tu edad, eso ya me lo decís vosotros, pero para mí son la alegría de la semana. ¡Y eso que son lo peor!




miércoles, 23 de julio de 2014

The Lottery

Acaba de empezar otra serie de planteamiento de "Y si...". Parece que el verano es el momento perfecto para el lanzamiento de estas líneas argumentales. ¿Mi explicación? Solo hay un tipo de personas que pasamos la temporada estival en interior...ja,je,ji,jo,ju...obviamente maquinando como conquistar el mundo mientras acariciamos a nuestro gato...

El punto de arranque de The Lottery es el siguiente: 2016, las mujeres han dejado de reproducirse. Normal. Yo es que la parte sorprendente es la que no veo. Vale que no saben porqué ahora todo el mundo es estéril. Ya os lo digo yo: no se puede tener una "minoria" -que en realidad es la mitad del planeta- aguantando palizas por parte de sus parejas, presión para estar delgadas, unos trabajos de mierda y unos salarios, en general, bajos, y en particular menores que las de sus compañeros hombres.

Yo estoy en edad fértil: y por lo que veo, vamos a ser una generación sin hijos. No porque no nos gusten, al contrario. Por puro amor no quieres que nadie pase lo que tu estás estas pasando. Si juntas esto a que cada vez bebemos menos alcohol, salen las cuentas.

Así que no me sorprende que el cuerpo femenino, en su sabiduría ancestral, haya dicho: O me mejoras las condiciones, o me autoprovoco una subida del ph o whateaver que no me voy a volver a reproducir. ¡Y hala! A ver que hace la otra "minoría", porque somos las únicas que podemos engendrar...como método de negociación, buenísimo.

¡Si es que se veía venir!

Bueno, pues años después de este break, que empezó con el nacimiento de "los últimos 6" (qué presión, esos padres si que van a estar vigilados), se consigue por fin engendrar 100 óvulos. En principio piensan que los críen militares en plan secreto -que los veo a los pobres viviendo en plan Hospital In the Rock de Budapest- peeeeeeeeeero luego deciden que lo que quiere el pueblo es esperanza, los Estados Unidos somos lo mejor y bla bla...así que van a hacer una lotería para elegir a las 100 mujeres que van a ser madres. ¡La qué se va a liar va a ser buena! Yo a las leonas las tengo mucho respeto...

Así que vamos a ver como evoluciona esto. Yo, ya os digo, que ciencia ficción no lo considero. Bueno, un poquito. Pero poco. Además que de alguna manera se suele auto-equilibrar el planeta, y mejor esto que una guerra...y no miro a nadie...

Pero parece interesante analizar lo que esto va implicar, tanto para los padres de los últimos niños, como para las futuras madres elegidas. Por lo pronto, tendrán que cortar con la familia, porque no me imagino nada peor que una cuñada o una hermana en plan celoso, por no hablar de las amigas y compañeras de trabajo. Qué tensión. Si solo de pensarlo te da la ansiedad.

Y con quien van a hablar de los problemas del día a día: Mira bonita, si no querías ser madre no haberte apuntado. Uy, que mal pinta. Van a terminar todas juntas en un barrio en plan Desperate Mothers.

El tema es tan complejo que va a ser fácil cagarla; así que espero que tengan bien escrita y estructurada la serie. El piloto se rodó el año pasado, ojalá el barbecho se note. Vamos a ver que sale.



domingo, 20 de julio de 2014

A rebusco: mis 5 flores favoritas

Ey! ¿Qué habéis hecho este sábado? Yo, ir a rebusco. De garbanzos.

El rebusco es, para que me entendáis, un tipo de gimnasia ancestral que consiste en que abras mucho mucho las caderas como con el mejor yoga para que se te ponga el curo duro duro como con en el mejor pilates. Vamos, lo que viene siendo pasar tras cosechar por un campo y recoger lo que ha quedado, con el culo en pompa y poniéndote moreno sin necesidad de piscina. El deporte más completo. Porque también trabajas brazos: al terminar tienes que trillar y aventar...El que no se pone en forma es porque no quiere.

Y es que me pareció la mejor manera de moverme un sábado: era eso o "salir a andar", "dar una vuelta con la bici" o "salir a correr". Ocupaciones que yo, si no viene nadie detrás ni me lleva a ningún sitio, no termino de pillar el gusto.

Así que preferí la otra ocupación; la que me dio dos kilos de garbanzos (aunque luego los regalara) y me hizo abrir los chakras por completo. Tras tres horas cuando arranqué a andar y era una mezcla entre el hombre de hojalata y una jirafa. Por lo de no poder doblar las rodillas. Madrileños, ¡cuanto cuesta producir un cocido! No os digo más. Ahora, la siesta que me eché...estupenda.

Y en estas andaba cuando me dio por pensar cual eran mis flores campestres favoritas. Porque hay algunas que te quitan el aliento; un prado completo de estas plantas anima hasta el más deprimido, y enseñan de disfrute estético más que muchas obras de arte.

Mi number 1: un prado de girasoles. La combinación perfecta entre ingenio y belleza. Absolutamente breathtaking: un tamaño impresionante, un color brillante fantástico, danzan buscando el sol en un movimiento que parece un guiño. Y, por favor, nos dan las pipas que es uno de los mejores alimentos-vicios del mundo; lo que más echaba de menos en mi Erasmus como bien saben mis amigas que llenaban sus maletas (lo siento, jamón serrano). ¡Ay las pipas! A esto si que enseñamos a los niños desde pequeñitos y no a bailar flamenco como dicen algunos guiris. Esto si que es sabiduría ancestral española.

Y es que creo que Van Gogh, como muchos de sus congéneres,  no saben el placer tan absoluto que hay en estas semillas (que ellos las usan para enriquecer el pan), si no, no lo habría pintado de manera tan deprimente. ¡Vale! No estaba en su mejor momento. Pero si hubiera pasado en su vida una sola tarde comiendo pipas en un banco, nunca de nunca los podría ver de esta manera.

En especial estos en un jarrón: qué tristeza, ahí alicaídos, sin sol al que sonreír. ¡Ay, que lástima! ¡Qué alguien le de una bolsa de pipas pero ya!

Y es que esta flor majestuosa está mejor acompañada, como los Guerreros de Xian: miles y miles bailando juntos como en los campos de Cuenca. Un ejército de flores felices que se recrean al buen tiempo...Una locura, pero...¿qué tal quedaría nuestra bandera de España con un girasol? Ummm.....


Mi número 2 es un campo de lavanda. Uy, esa mezcla entre placer estético absoluto y olor extasiante. OMG. Ardo de deseos de tener una cottage en medio de una plantación de lavanda, y hala, todas las mañanas rodeada de lavanda...Y es que además estas flores, que también gustan de estar en grupo dadas de las manos, saben también como echarse un buen baile, esta vez, al son del viento. Si es que son de un listo...

En Pinterest somos unos cuantos los fans de esta planta, ya os lo digo. Es como los gatos al youtube...Y si alguien tiene en venta un prado de lavanda, que no descarte en ponerse en contacto; puede que sea la primera obra de arte de mi futura colección  :)


Mi número 3 es un campo de dientes de león, una planta que no gira, que no baila: si no que se entrega
por completo, se deja llevar y flota, como las cortinas cuando se inflan bajo una corriente de aire. En esto, aplausos a Frozen que ha sabido sintetizar muy bien la alegría que conlleva esta flor con la canción Summer de Olaf; un diente de león en sí mismo, taaaaan amoroso. Porque, todos habéis disfrutado del placer de soplar un diente de león, ¿no?

Mi número 4 sería un campo de algodón si no tuviera tan presente -y reciente- la esclavitud y las míseras condiciones de trabajo que ha acarreado, y seguro, que conlleva todavía hoy. Me parece una planta muy hermosa, cercana al placer de ver un campo lleno de almendros en flor; pero conlleva, a su pesar, unas connotaciones de sufrimiento que no me permite aún disfruta de ella. Así que, mi número 4 es un campo de margaritas. 

Un campo de margaritas es ese campo tan especial donde, no solo disfrutas de sus colores y su olor si no donde, muy probablemente, acabas rodando cuesta mezclándote con ellas y te recreas haciendo preguntas a sus hojas.

Es la planta "pequeña pero matona" que, como las anteriores, tiene una belleza que reside en la fuerza del grupo. ¡Margaritas del mundo, uníos! Dan ganas de echarse la siesta en este prado, ¿o que?



Y mi número 5 son los campos de amapolas: un poco en honor de mi padre y mi hermana que tanto les gusta. Y les define también. Ya sabes: eres más de campo que la amapola.

Ha sido más retratada por los pintores que las anteriores; además de que es bonita viene muy bien para que el rojo brille en contraste del verde. Una cuestión de elegir los colores para un fin.

Personalmente creo que sería perfecto un prado con amapola, retama y cantueso. Uy, violeta-rojo-amarillo....no quiero decir nada, pero creo que mi inconsciente me acaba de producir un campo republicano. Ja,ja.

Y estas son las mías. ¿Tú, entre qué flores te perderías?





domingo, 6 de julio de 2014

The Leftovers y Penny Dreadful


Acaba de empezar una serie rara rara. ¡Pero rara! Bueno, en el ranking de alucinamiento siempre estará la francesa Les Renevants...pero muy por el estilo. Se llama The Leftovers.

La serie se centra en un pueblecito de Estados Unidos, Mapleton, donde, como en el resto del mundo, un 2% de la población desaparece de repente. Pero de repente es que la madre va a arrancar el coche, se oye llorando al niño de fondo y de repente...silencio. Así tal cual. Tu padre está empujando el carro de la compra y en un segundo el carro va solo. ¡Qué cosas!

Y poco más se sabe. Igual que en la francesa Les Renevants volvían de repente de la muerte, pero tan ricamente, cinco o cincuenta años después de morir; aquí desparecen y no hay más que hablar. Un desconcierto, una cosa...

Uno de sus creadores es el de Perdidos, aunque no se si irá por ahí el tema. La verdad, es que no tener ni idea de qué va es lo mejor de la serie. Porque ahora mismo no intuyo si irá por el tema extraterrestre, muerte, todo es un sueño o WTF. Pero funciona mejor así. Con esa inquietud de ¡qué me estás contando!

Merece la pena echarle un ratillo...



La que no estoy segura de si merece echarle ese ratillo es Penny Dreadful, una serie de suspense/terror, algo así como un Érase una vez con caracteres de la literatura victoriana del XIX. Frankestein, Dorian Grey, vampiros, el demonio...vamos, que no falta nadie.

A ver, yo lo he intentado hasta el capítulo siete (¡de ocho!), pero en ese me he plantado. Y es que aunque la ambientación no está mal y tiene su aquel, llega un momento que, o estás muy metido en estas historias, o te empieza a parecer un disparate. Un divertimento. Sin más -ni menos-.

Además Eva Green es la protagonista absoluta de la serie. Y esto, que en principio es algo positivo, evoluciona hacía un sin fin de caritas y carotas, de gestos y desvaríos varios que -por mucho que te posean los demonios- es demasiado. ¡Se vuelve un mimo satánico! Uf, que pereza.

Ahora, fans del género bienvenidos, porque rodada, está bien rodada, y calidad tiene. Así que de chapuza nada. Y además los primeros capítulos son de Bayona, así que también apoyamos a nuestros directores, que todo quede en casa.

Personalmente me han gustado los vestidos, un poco la iluminación, algunos detalles históricos de cómo era el teatro de la época...pero no termino de meterme en la historia. Puede ser porque, en el fondo, para mí el progreso no es algo negativo ni creo que la ciencia genere monstruos. Soy más de Dickens y Thackeray que de estos penny dreadful (historias de horror por fascículos que se vendían a un penique). Pero para gustos los estilos literarios, claro.





Y, para terminar, os cuento que ha vuelto True Blood para, por fin, terminar la serie, que esto si que se ha convertido en un disparate sin pies ni cabeza.

Para todos los que dejasteis de verla porque se cargaban al vikingo...ha vuelto. Normal, si es que sois un ejército. Hay que dar al pueblo lo que el pueblo quiere :)

También han vuelto Rectify (¡sobresaliente!), Under the dome (que va a ser sobre extraterrestres, si ya veía yo que iba a ser como Taken....ja,je,ji,jo,ju), la segunda temporada de Orange is the new black, y para los que queráis comedia fresquita Tory Spelling y Jenny Garth protagonizan Mistery Girls; un reírse de ellas mismas muy de cafelito y verano.

¡A disfrutar!







sábado, 24 de mayo de 2014

Vikings: Blood Eagle


Poco a poco se van terminando las temporadas de las series que nos han acompañado durante los meses de invierno, para dejar paso a las sagas más...primaverales.

Algunas estábamos deseando que terminaran, por ejemplo How I meet your mother, ¿qué no? Otras, casi colapso al creer que terminaban definitivamente, como The Midwife. Algunas son de las series más ligeras y entretenidas que tenemos, como Modern Family, The Big Bang Theory o The Middle. Y las menos, sufrimos porque no terminen nunca, como Vikings.

Y eso que Vikings tiene el (dudoso) honor de conseguir lo que otras no han hecho. Ni Bones o Grey Anatomy a la hora de comer, ni Spartacus o Roma haciendo la digestión. Yo-ser-tia-dura.

Peeeero ahi está Vikings en la segunda temporada con el capítulo siete, Blood Eagle, revolviendo todo lo que sea orgánico.

Por favor, que asquerosidad y que manera de cortar una digestión. La advertencia tiene que ser: ni te metas en el agua después de comer, ni veas Vikings despues de una comida que consista en más de un tomate. ¡Ah! ¡Tomate tampoco que es rojo...!

Y mira que la red weeding de Games of Thrones nos dejó tocadillos, ¿eh? Pero aviso... Blood Eagle de Vikings es bastante peor. Y sin que chorree mucha sangre, la verdad.

¿Y qué es el blood eagle? Pues es un método de ejecución por tortura en el que se cortan las costillas a lo largo de la columna vertebral para que parezcan alas de águila sangrantes , ya que se quedan descolgadas...y para rematar se tira de los pulmones a través de las heridas de la espalda. Arg...y esto os lo cuento después de ponerme fina a pipas. Si es que no aprendo.

Ahora, que si una cosa me gusta de los vikingos es que no se acomplejan a la hora de hablar de esto. Es una cosa... Por ejemplo, hace unos años visité Roskilde -un pueblo fantástico- y su Museo de Barcos Vikingos. Y me sorprendió qué alegremente hacían documentales explicativos con hachas sangrientas. Sin disimular. Una cosa de honesta. Vamos, vamos.

Y al fin y al cabo, ¿qué importa ya, si es historia? Si media Europa tenemos sangre vikinga (pillines). Bueno, hasta que nos hagamos lo del ADN y salgamos todos medio bereberes (pillines, pillines).

Así que advertidos quedáis: la serie, superior. Una temporada muy buena. Eso sí, cuidadín con el capítulo siete porque te deja medio pallá. (El more shoking moment of television, dicen en la promo...¡que cachondos!).

Y si no te deja revueltillo...todavía peor. Ahí lo dejo.


sábado, 5 de abril de 2014

The 7:39

¡Madre mía cuanto tiempo desde el último post y ni he estado muerta ni de parranda! Ahora...he cambiado de piso, de trabajo, de compañeros, he hecho horas extras....pero aún así, siempre se encuentra tiempo, por ejemplo, para ver la nueva temporada de House of Cards.

La serie, de la que ya hemos hablado, sabéis que es fantástica.

Corrupción política, tejemanejes y psicópatas por doquier. No por nada ha habido estudios que demostraban que los índices de psicopatía en ámbitos como el político o el empresarial eran mayores que en otros sectores. Pues eso. Ese "savoir-faire" sin empatía que tan útil resulta cuando solo persigues tus propios intereses. (Y aún así cuando pasa, siempre te sorprende, qué cosas...).

Pues Netflix, como siempre, sube todos los capítulos de la temporada a la vez...lo que significa que pasas tres días en el trabajo con un sueño que me río yo de los que ven en directo la Gala de los Óscar. ¡Vaya atracón! Ahora, trece horas que se te pasan como si nada...Desde el primer capítulo se te queda la mandíbula desencajada y así hasta el final. ¡Vaya people!

Durante este mes, también, y...¡por fin! se ha terminado Cómo conocí a vuestra madre.

Por fín porque ya iban dos temporadas de más. Dos años llevan anunciando que era la última, lo veíamos aunque era floja porque, bueno, ya era el final...y plash! nos anunciaban que al final alargaban otra....¡noooooooooo!

Pero esta, si que sí, ha sido la última. Y la temporada como tal no ha estado mal, mejor que las dos anteriores aunque haya tenido algún capítulo bastante flojo. Ahora, el final, además de previsible, ha sido bastante regulero. 

Tiene un guión bastante flojo, carente de giros de interés, que no da si no la impresión de haber sido escrito un poco sobre la marcha. Y hombre, dar esta sensación cuando "solo" se han tenido nueve años para rematar bien la serie.

Uf....Pondría como deberes ver el final de A dos metros bajo tierra para que aprendieran como hay que terminar un trabajo con el que no solo te has forrado, si no por el que la gente te ha dado una noche semanal de sus vidas durante muchos muchos años. Qué menos que te tomes en serio tu trabajo, digo yo...

También ha terminado Call the midwife, pero que no cunda el pánico, que no era el final de la serie. Casi me da un chungo de la llorera, porque claro, vi un final de temporada tan bien rematado (¿hello señores de Como conocí a vuestra madre!) y a la protagonista que se despedía...y dije, ¡zate!: ya se ha terminado una de las mejores series que se están emitiendo ahora mismo....

Peero internet que todo lo sabe me ha contado que habrá un capítulo especial de Navidad (esto es very british, me encanta), y una nueva temporada (aunque ya no sigan al pie los libros autobiográficos en los que se basaba el guión). Así que feliz como una perdiz. ¿La estáis viendo, no?

También ha vuelto Vikings, con lo que parece ser una temporada mejor que la anterior, y Continuum. Y mañana Juego de Tronos. Vamos bien, ya que el producto nacional no nos ofrece nada potable tendremos historias por otros sitios.

Y mi recomendación del mes, un poco fuera de las series más conocidas, es la miniserie de la BBC The 7:39 (se emitió en enero, pero no la he descubierto hasta ahora...jo, cosas que pasan).

La serie es una historia de amor; no se si una gran historia de amor, pero si un amor de las pequeñas historias.

En el tren de las 7:39 a Londres se encuentran, cada mañana, dos commuters de camino a su trabajo; los actores David Morrissey y Sheridan Smith.

Bajo el hastío de la rutina y en esa pausa que es el trayecto en transporte público, comienzan a hablar y el amor surgirá de manera irrefrenable. Un cariño, un enamoramiento, un affair...una pausa, una toque de atención sobre sus propias vidas.

La historia está narrada con una gran sensibilidad y es, ni más ni menos, que una historia de amor en el mundo urbano. Algunos dicen que la Anna Karenina de nuestra época...bueno, bueno, tampoco nos pongamos grandilocuentes, que eso si que es muy del siglo pasado. Pero tiene su aquel.

 ¿El autor? David Nicholls, escritor entre otros de "One Day"; un escritor del que sin duda vamos a ver y leer mucho más en los próximos años.

Este tipo de historias puede poner nerviosos a los que no crean en el encanto de las pequeñas cosas y, desde luego, a los fans de vivir media vida con los mismos personajes. Sorry. Esta serie es una reflexión, un cuento, un asomarse tras la cortina sin moraleja ni final claro. Pasó lo que pasó....y la felicidad, sin duda, está en el viaje.

Espero que os animéis y os guste tanto como a mí; y para compensar, me voy a dar a los realities esta tarde: ¡Supervivientes y A bailar, allá voy!

miércoles, 5 de marzo de 2014

Velvet, ¿rancio como el terciopelo?

Bueno, bueno, he tenido un come come y un no se que que no se yo con los Oscars, uf, que vamos, ni escribir he podido hasta que no pasaran. Por favor, ¡que nervios!, ¡que expectación!: todos parados hasta que se han emitido...

¡Que no! Que es que he estado trabajando doce horas, ¡menudo rollo de Oscars! Y menos mal que no pase sueño para verlos, que si lo hago en directo menudo careto el que llevaba al día siguiente. Si lo mejor (y lo único) es que nuestra amiga se ha vuelto a caer y que los latinos empiezan a recuperar un continente que también es suyo. Por lo demás...no tan desesperante como los Goya, claro, donde no pasó nada -pero nada de nada-. Que digo yo, ¿no se puede meter guionistas buenos a hacer estas cosas? Que todos sabemos que son el alma del lenguaje...y de cualquier espectáculo. ¡Qué lástimita la falta de guión en estas ocasiones!

Pero entre hora extra y hora extra me ha dado tiempo a ver Velvet, la serie de Antena 3 que se quiere subir al carro de la temática de las galerías. Porque sí, insólito pero cierto; es una temática de moda gracias a The Paradise y Mr. Selfridge. Pero de otra forma, claro.

Mr.Selfridge es una serie que emite la ITV en Reino Unido (la cadena de Downton Abbey) que va ya por la segunda temporada (y tendrá una tercera en 2015). Ambientada en el Londres de 1909, nos cuenta como el norteamericano Harry Gordon Selfridge funda sus míticos almacenes de Oxford Street. En ella encontramos el glamour de las primera galerías, de las primeras campañas de marketing y de las primeras mujeres que trabajan más allá de las fábricas. Muy...idiosincrásico.

La serie está entretenida gracias a que se dieron cuenta de que de las historias de amor superficiales y del glamour del primer consumismo no era posible vivir más allá de los dos primeros capítulos; y han ido introduciendo elementos más interesantes como son la independencia de la mujer y, en esta temporada, los cambios que acarrea en la sociedad una guerra.

Tiene el encanto de estar basado en una historia real, y la ventaja de ser el entretenimiento escapista del domingo por la noche. Ahora, tampoco es un peliculón ni cuenta nada que no sabemos. Espero que esto se sepa, que es historia básica de principiante, pero mira, más descubrió Dan Brown a muchos para estupefacto de todos...

La segunda serie británica -sobre lo mismo- es The Paradise, de la BBC, basada en la novela de Zola "El paraíso de las damas".

Bueno, perdón, no es sobre lo mismo: esta empieza en 1875. Es cuando una joven provinciana llega a la ciudad para emplearse en la tienda de su tío y, como este ya no puede darla trabajo porque los comercios tradicionales no tienen clientela, decide trabajar en las galerías recién inauguradas. La modernidad.

Esta tiene más romance y más blandura, ya que se enamorará del dueño que -claro- es viudo. Aunque en la segunda temporada también intentaron fijar la atención en la independencia de la mujer y su recién (y sana) descubierta ambición. Tiene una escena en la que el prota se lleva una torta por decir eres MI mejor inversión. Y es que ella no sueña con ser su esposa; si no que aspira a dirigir The Paradise.

Ya os digo que las dos han coincidido en antena, y yo me preguntaba ¿pero tanto gustan las historias de los centros comerciales? Hombre, todo tiene su aquel, pero anda que, llegar el domingo de las compras y ver ¡dos! series que van sobre ello, ya me parecía un poco demasiado. Y sobre todo me preguntaba: ¿cuanto tardaran en traerlo a España?

Y ¡ja,ja! Entonces llegó Velvet, que otra cosa no, pero en publicidad hay que reconocer que se lo han currado: una historia de la lucha entre Galerías Preciados y el Corte Inglés en el Madrid más glamuroso. Perdón de nuevo: entre las Galerías Velvet y los Almacenes Oxford, que despiste más tonto.

A ver, en primer lugar, Madrid no era glamuroso; era una ciudad de posguerra que vivía bajo una dictadura. Que habría gente que vivía fenomenal, seguro: pero precisamente ponerlos a ellos de protagonistas y pretender que nos den pena es un poco así.

Segundo, ¿pero qué cabecera es esta! ¿De verdad que no se puede hacer nada mejor? Con el juego que da el art decó y los músicos tan buenos que tenemos en el país...¡Ah! Y la banda sonora,  que en vez de ayudar a la trama estorba. Muy fuerte.

Tercero: NO HABLO TU IDIOMA. Que no. Que no les entiendo. Pero nada. Ni planchar se puede mientras se ve Velvet. Si es que por más que miro de cerca no les veo ni mover los labios. Bueno, ole por Adrián Lastra y Cecilia Freire que son los únicos que vocalizan. Yo es que esta cosa de que entendamos mejor las series en inglés que en español ya es que ni me lo creo.

Cuarto: que para los que nos hemos visto Sin tetas (que con ese título creía que era algo de broma) no hay Duque, y si no hay Duque...pues bueno, el chico no esta mal, pero como para que todo centre en torno a él  y sus amoríos, igual igual es pasarse.

Y como estas otras tantas, y mira que ha tenido éxito, pero convencida estoy de que ha sido por lo mismo que las pelis-mierdas de Hollywood: la publicidad y los buenos avances, que el montador de trailer debía ser la profesión mejor pagada del mundillo, porque lo demás...un poco descuidado y al rebufo del éxito de las británicas. Ahora, que cada capitulo de ¡hora y media! cuesta...ti ti chin....500.000 euros, ahí es nada.

Así que que conmigo no cuenten, que me pone hasta nerviosa: tanto gestito y miradita de amor, en wachuwachu y en un contexto inexistente...vamos, que hasta las pobretonas que vivían en los sótanos se muestran encantadísimas de tener un trabajo. A que me suena esto...

Pues nada, a darse a House of Cards que es lo que toca: y si te he visto, no me acuerdo.


domingo, 2 de febrero de 2014

Ya vienen los premios Oscar

Ya están aquí los Oscar, ¿y qué nos traen este año? Pues ni más ni menos que la pereza de verlos, como pasa con las películas estrellas de la temporada. Que digo yo, que si eso es de verdad lo mejor de lo mejor de la mejor industria del mundo mundial...

Porque vamos a ver, La gran estafa americana: ¿no da pereza verla? A mi un montón. Si es que ya te lo están diciendo con el nombre. Y además sale Lawrence,  la actriz más sobrevalorada de los últimos años. Que no se qué les ha dado con esta chica. Porque si ancha es Castilla más los es Norteamérica, digo yo; y me da que como ella hay a patadas. Pero bueno, debe ser que como no soy americana algo se me escapa...al otro lado del Atlántico desde luego su encanto no llega.

Y luego está Gravity. Que estoy segura de que no está mal, pero señores flotando en el espacio, y flotando y flotando...pues no lo veo. Además creo que tenían razón las presentadoras de los Globos de Oro; es una película sobre un Clooney que prefiere perderse en el espacio a estar un minuto más con una mujer de su edad. A lo que añado, igual que la Bullock, igualito.

Y podéis pensar -qué tiquis...¡Pues ojalá! Porque entonces me habría ahorrado ver El lobo de Wall Street, que me daba muchísima pereza y me empeñé...y ahora no paro de pensar en las ¡3! horas de mi vida que desperdicié viendo...¿esto?

Por un lado Leonardo Dicaprio, que cada año que pasa tiene una cara más rara...no sé de qué exactamente, pero me empieza a dar un poquito mal rollito. No se si feeling Klimt o qué, pero no me transmite confianza.

Luego el argumento, donde no hay historia en sí ni moraleja ni desarrollo ninguno. Es el cuento de las gilipolleces que hace el tonto del pueblo cuando se hace rico. ¡Pues muy bien! Es que yo he trabajado de cara al público, señor Scorsese, y esto lo veía a diario. Ya sabemos que sin gusto los gastos son bizarros y descontrolados. No se muy bien para que nos lo cuenta.

Y además lo hace en plan histriónico total, un poco a lo Almodóvar de la última época pero muy macho. Puf, tonterías varias.

Así que claro, de todas las favoritas claro que 12 años de esclavitud es la mejor de todas. Es que... vaya añito.

Ahora, que no entiendo como de una historia tan dramática y desgarradora, con un tema de tanta enjundia..les puede salir una película un poco telefilme del mediodía. ¡No desperdiciemos de esa manera algo tan importante!

Y mira que hay gente que me dijo que la película era muy fuerte. ¿? Que ya era fuerte Roma, y luego vino Spartacus. ¿Qué hay una violación? Se intuye, y poco más. Y bastante poco, para ser una práctica tan frecuente. Supongo que como la que la sufría mayoritariamente era la mujer, pues tampoco importa. Debe ser que no es un acto tan dramático como lo vemos nosotras. ¿Qué hay latizagos? ¡Pues igual! Poquitos y sin hacer sufrir mucho, no vaya a ser que los espectadores se traumaticen: que solo estamos hablando de la esclavitud. Y como estos, otros tantos temas. Parece que han querido hacer una película divulgativa de la esclavitud que puedan poner en los institutos. Como os digo, que pena de historia desperdiciada...

Y poco más queda. A ver si consigo verme Her y Philomena, pero lo hago ya como tarea de estudio. A lo mejor me pasa como con El lobo y me arrepiento durante una eternidad...

En cuento a las películas que aparecen con actores nominados y otras categorías me gustaría destacar Agosto, aunque también sin emocionarse. Es un drama familiar interesante pero, como con la de 12 años, creo que no es tan dura como decían. Vale, es un poco fuerte, pero vamos, que madres así conozco a puñaos. Vale que sea también en la Castilla profunda, debe ser el clima extremo, que produce ese carácter. Pero por lo menos se amplían personajes. Es interesante.

Y luego está Cate Blanchett por Blue Jasmine, que mira, esta sí que me ha gustado. Y yo soy la primera sorprendida, porque estaba de Woody Allen últimamente....con lo que me ha gustado siempre. Pero a punto estaba de recoger firmas para obligarle por ley a rodar solamente una cada cinco años y mantener así el listón, porque eso de que haga pelis como churros...

Cate está fenomenal: comedida, elegante, con esa cara tan de ---- (rellena tu la nacionalidad) huele mal fantástica. Y la película cuenta cosas, reflexiona y nos hace reflexionar. Y no quiero hacer comparaciones, pero esas mujeres que viven a todo tren pero no se enteraban de lo que hacían sus maridos...¡anda ya!

Y hay dos categorías en los Oscars que son, por la calidad de las películas que hay últimamente, las más importantes: Mejor largometraje de animación y -por supuesto- Mejor película de habla no inglesa (aquí suelen estar las verdaderas joyas).

De las de dibus me he visto las americanas; y todas están fenomenal: Croods, Gru 2 y Frozen.

Croods tiene puntos buenísimos como el descubrimiento de -los zapaaaaatos. ¡Me parto! Y la recreación de la prehistoria es muy interesante.

Gru 2, bueno, ya sabéis que es adorable, y lo de padre soltero es lo más. Bueno, soltero, tiene cientos de asistentes amarillos, pero se lo curra, y más siendo un ex-villano. El doblaje, fenomenal.

Y Frozen, aunque decae hacia la mitad y se termina por compromiso, tiene un inicio muy artístico. Bueeeeeeeeeno, ya sabéis que soy fan del blanco y de la nieve, es verdad. Pero además utiliza muchos aspectos del arte popular ruso que es muy interesante. La estética genial. Y bueno, el repaso que hace a la historia a través de los cuadros de la colección, espectacular. ¡Es que están todos! Y la niña, hablando con los personajes de los cuadros, es taaan tierna (ja,ja,debilidad de una historiadora).







Os pongo el clip de la susodicha, y aquí el link: a partir del minuto dos, la colección de arte que os hará enmudecer de la envidia; como Bella con la biblioteca, pero con cuadros - Ahhhhh! (Por supuesto, también tiene un Goya)

Y para terminar la Mejor de habla no inglesa, que no me la voy a dar de cultureta, ¿eh? Que solo he visto una, aunque estas son de las que te ves luego y nunca te arrepientes, así que supongo que terminaré viendo más.

Pero bueno, he visto solo una, pero es que para mi es la mejor película del año. Tatachín: La caza. De la que ya hemos hablado aquí...y es que es el filme que más me ha impactado en todo el año, y también el que me ha dejado más huella. Y de eso va todo, ¡no? De tener relevancia, de no ser prescindible: de dejar una huella imborrable. ¡Buena suerte!


sábado, 25 de enero de 2014

El color del año: el orquídea radiante

¿Sabéis ya que el color de este año es el orquídea radiante o qué? Es el Pantone del 2014, y ¡me encanta!

Para lo que no tengáis ni idea de qué es esto, el Pantone Matching System es un sistema de identificación, comparación y comunicación de colores para las artes gráficas: el más reconocido. Nació en los años 60. Y para los que hemos estudiado historia del arte es el "por fin": por fin una manera objetiva de diferenciar tonos. Porque vamos, ¡como que verde? ¿Verde qué? ¿Blanco cual? ¿Azul cómo? Es que así no se puede.

Yo estoy especialmente enamorada de este sistema, porque además cada año elige el tono estrella de la temporada: no penséis que el Zara se inventa nada....Y lleva tres años...

En el 2012 el Mandarina Tango (¡pero como he podido vivir sin este color!); nunca un color tan atrevido quedo tan bien a las pelirrojas pecosas...para el 2013 el Esmeralda...y en 2014 estad preparados para el Orquídea Radiante...y digo bien porque ya he visto electrodomésticos para hipsters de este tono...

Y es que un color no es solo un color. Desde que en el XIX surgieron los pigmentos industriales sabemos que las mezclas son infinitas...y una pizca de blanco, de rojo, de gris...una pequeña diferencia consigue una atmósfera (y unas sensaciones) totalmente diferentes.

Yo, por supuesto, tengo mis favoritos, algunos recientes y otros históricos. Algunos reproducibles y otros, no tanto. Os los enseño.

De los Pantone tengo pasión por el Mandarina Tango: un tono anaranjado alegre, pero con la fortaleza del rojo: tiene un toque más elegante y sofisticado que el naranja común sin ser tan agresivo como el rojo. Ya os digo, que como tengáis pecas...os queda bien seguro. Y para los textiles y lienzos me parece un color muy adecuado también, muy vitalista.

De los históricos...bueno, ya os he confesado en un post anterior mi pasión por el IKB: International Klein Blue. Un azul ultramarino, eléctrico, y con textura aterciopelada. El Azul Klein, vamos. Patentado antes de que existieran los Pantone... ¡Hay cuanto me gustaría a mí inventarme un color! (Y vivir de sus rentas también, claro).

Y en cuanto a otro color que me fascina...recuerdo todavía el sentimiento de quedarme sin respiración con el tono de verde de la Galería Dorada del Charlottenburg, en Berlín. (Podéis verla en detalle aquí).

Aún hoy me cuesta definirlo, porque no era un verde pastel, ni mucho menos. Pero si que era un verde claro, seguro que rebajado con blanco; pero mantenía todo el brillo y toda la intensidad del verde en la naturaleza.

Todavía lo veo hoy y me parece espectacular, y ya os digo que no soy nada nada fan de los colores pasteles. Pero es que este tono de verde es muy especial. Puede que lleve algo de dorado porque la combinación en la sala con el oro es muy adecuada...

Me encantaría conocer el tono exacto, sobre todo, para poder reproducirlo en mi casa...porque el Amazonas de Bruguer se da un aire, pero vamos, si lo queremos al detalle, ni de lejos.

Os animo a que visitéis virtualmente este espacio tan sugerente y así de paso ayudo a quitar toda esa lacra de que el rococó es recargado. El rococó es todo luz y luz; espacio y simplificación. Vale, no eran minimalistas, pero venían del Barroco...¡a ver que iban a hacer! Pero dejaros llevar sin prejuicios por este ambiente y veréis que todo es luz, aire, naturaleza entrando a raudales y espacio y espacio, tan liviano.

Creo que es el mismo tono de varios pabellones en Sanssouci, pero la sensación no era exactamente la misma: puede que por las dimensiones del edificio o por el hecho de estar en el exterior. No sé. ¿Mismo color, pero diferente efecto? No sé, no sé. A lo mejor no es exactamente el mismo.

¿Veis? La mínima variación lo cambia todo.



Y el otro color del que estoy absolutamente enamorada es del blanco. ¡Qué anda que no es difícil saber de qué tono de blanco! Puf, es el color que más tonos tiene...imposible. Pero os digo de que blanco en concreto os estoy hablando.

Este blanco lo descubrí en el Museo del Louvre; y como casi siempre, fue un poco casualidad. Porque yo estaba ahí para ver y disfrutar del Embarque de Citerea de Watteau....que ahora que lo pienso, es la misma razón por la que fuí a Charlottenburg, para ver la otra versión....Raro, raro...El embarque de Citerea unió dos de mis colores preferidos...

Bueno, pues aquí estaba yo con cara de intelectual, analizando hasta el último detalle del Embarque...cuando me giro y a mi derecha, como protagonista absoluto, esta el Pierrot de Watteau; una obra de metro cincuenta donde el protagonista absoluto es el blanco del traje. Pero absoluto.

La imagen también es muy interesante; es la cara del payaso, del animador de la Comedia del Arte...que aquí está melancólico y cansado, con los brazos caídos. La tristeza del que entretiene, la marioneta del sistema. Le veo pensando -si es que no me rodean nada más que patanes.

Pero independientemente del gesto, del fondo, de la historia; el protagonista absoluto en esta obra, que parece un bodegón, es el blanco rotundo, precediendo casi al arte abstracto. Blanco y nada más. ¿Y qué más? Da igual si es blanco sobre fondo blanco, o sobre fondo negro...es El Blanco.

He de reconocer que esta obra me revolucionó un poco mi propia historia del arte, y fue el inicio de un affair con un color que, por común, no es menos especial. Me gusta cuando aparece en los paisajes, en la nieve; en los trajes y en los fondos. Pero también cuando aparece tal cual: blanco. No necesito más. 

Os dejo una selección de "mis blancos" favoritos, aunque ya sabéis como es esto de las reproducciones: nunca se consigue el tono correcto.

Espero que os llegue mi devoción por estos colores, y bueno, como siempre, estoy deseando aprender y que me sorprendan, así que ¡animaros a decirme los vuestros!.








jueves, 2 de enero de 2014

Series: ¿qué ha pasado en las Navidades?

Decidido: las mejores Navidades son las de Reino Unido. Y no por sus mercadillos, sus decoraciones y sus christmas jumpers...que son cosas estupendas, pero no. No es por nada de esto.

Han sido las mejores Navidades porque han tenido la mejor programación televisiva. ¡Qué cosas! Os cuento para daros envidia:

El dia 25 han tenido el capítulo especial de Navidad de Downton Abbey, que no os penséis que es un especial de cariño y amor rodado en ambientes navideños. Ni hablar. Es un capítulo más dentro de la serie (que se emite entre septiembre y noviembre) en el que no solo sigue la trama, sino que ocurren acontecimientos importantes. Imprescindible.

El capítulo especial tiene 30 minutos más de metraje, y el de este año ha estado correcto (teniendo en cuenta el nivel del especial del año pasado, donde murió hasta el apuntaor).

En este hemos tenido debutantes de gala, ricos americanos versus aristocracia y hasta a los reyes y al Príncipe de Gales. Very Downton.

Aunque esta serie tuvo, a finales de la temporada pasada, un bajón considerable, ha sabido remontar de nuevo de forma magistral. Han vuelto a dar vida a las historias y una mayor complejidad a los personajes, manteniendo a flote una serie magnífica. Nos han hecho interesarnos de nuevo por los vaivenes de los personajes.

Para mí, fundamentalmente, es una serie de humor, porque he de reconocer que con los diálogos de Violet Crawley (Maggie Smith) es que no puedo de la risa. ¡Quiero un libro con sus diálogos ya! ¡Para aprendérmelos de memoria!. Inglés en 500 diálogos. Total.

Porque aunque las series norteamericanas también pueden tener una calidad excelente, tengo la sensación de que los mejores guionistas están a este lado del Atlántico. Son capaces de pulir las líneas de manera extraordinaria, y poco escapa a la maestría del escritor europeo (no como en las americanas, que SIEMPRE adivinamos el asesino...que pereza que da).




Otra serie de altísima calidad con la que se han alegrado nuestros vecinos las fiestas (y un poquito más tarde nosotros) es Sherlock, donde, si Benedict Cumberbatch no brillara de esa manera, veríamos que las grandes estrellas son también los guionistas.

La primera emoción emocionante fue el adelanto del día de Nochebuena, justo antes del especial del Doctor Who. Muy apropiado. Un corto de siete minutos que batió récords de visionados en Internet. Que contaba poco, pero dio igual. Queríamos ver ya lo que fuera....







Algo del todo normal porque estábamos sedientos de noticias. Y es que, por si aún hay alguien que no ha visto esta serie (OMG), resulta que terminamos la temporada pasada con (spoiler) Sherlock muerto. La temporada pasada: que esto significa en realidad desde el 15 de enero de 2012. Vamos, como para no estar impaciente...

Y es que Sherlock es una serie trepidante, tanto en guión como en forma, que empezó siendo la plataforma de lucimiento de Londres, después de los guionistas y ahora de Benedict, que nos ha enamorado. Bueno, nos ha enamorado demostrando que es un actor como la copa de un pino, con una voz espectacular y digno heredero de Sir Ian. Vamos, que mejor cogerle cariño porque ya os digo que tenemos actorazo para largo.

Pues en Nochebuena tuvieron avance (esperadísimo) y para empezar el Año Nuevo con energía el primer capítulo de la temporada. ¡Por fin! ¿Son geniales las navidades en la televisión británica o qué?

Yo hoy, como los buenos deportistas, me he levantado temprano para salir a correr antes de irme a trabajar. Bueno, en mi caso, para ver el nuevo capítulo antes de irme a trabajar. Ha valido la pena. Y eso que requiere un esfuerzo, ¿eh?, que las temporadas tienen solo tres capítulos pero es que son largometrajes de hora y media. Ahora, he pasado un sueño...

Que no he sido la única, porque el primer capítulo de esta temporada ha batido todos los récords de audiencia, y la BBC tuvo un despliegue en la web para evitar que salieran spoilers fuera de UK digno del MI5. (Ansiosos de buen cine que estamos). Time to be Sherlock. 




Y por si fueran poco hay dos series también muy recomendables que se han emitido durante el mes de diciembre, pero que quizá con tanta fiesta han pasado desapercibidas: Tremé y Last Tango in Halifax.


Tremé ha emitido su temporada final: un bloque de cinco capítulos que han servido como cierre y, sobre todo, como homenaje a la música y cultura de Nueva Orleans: tan particular y tan desconocida.

Magnífica. Es una serie imprescindible a todos los que amen la música; a todos los que sientan curiosidad sociológica y en realidad a todos los que disfruten del buen cine.









Y también durante este mes hemos podido ver la segunda temporada de Last Tango in Halifax. ¿Os acordáis de que os hablé de una serie muy tierna donde dos ancianos, enamorados desde el colegio, se volvían encontrar gracias a Facebook?

Están añadiendo personajes y enriqueciendo la trama, pero sigue en esta línea de ternura: ese no contar nada pero contar solo cosas importantes. Me ha gustado mucho esta nueva temporada. Una serie muy recomendable.






Y mientras nosotros con nuestros Rafaeles, Alboranes y el típico programa especial de cantantes. ¡Qué suplicio! Na,na,na,na...na na na.